lunes, 25 de marzo de 2013

MALAS PERSONAS EN PARÍS...¡MERDE!

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¡MERDE! Así, con mayúsculas. Parece mentira lo de Francia con aquello de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Ayer, una parte de la población francesa quedó a la altura del barro al salir a la calle a manifestarse en contra de los matrimonios del mismo sexo. Y les voy a decir una burrada, pero saben que no me callo ni una, pero lo de ayer fue una manifestación de MALAS PERSONAS. Y déjenme que me explique.



No tengo absolutamente nada en contra (como se imaginarán) de la libertad de expresión. Uno puede salir a la calla a protestar siempre que le parezca necesario. Y la libertad de protesta me parece maravillosa. Pero lo de ayer en París fue una cosa distinta. Ayer varios miles de personas se manifestaron en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Y se manifestaron para joder. Así de claro. Salieron a la calle a hacer daño a unas personas. No salieron a la calle para defender nada. Si, finalmente, el matrimonio entre personas del mismo sexo se aprueba en Francia, nada, absolutamente nada, les va a pasar a las personas que salieron ayer a manifestarse. No van a ver sus derechos cercenados. No van a perder dinero. No se les van a recortar sus libertades. Su vida no se va a ver alterada en absoluto.



Y aún así, salieron a la calle a joder. A intentar que a un grupo de ciudadanos que pagan religiosamente sus impuestos se les nieguen unos derechos humanos básicos. Creo recordar que cuando alguien se casa, lo hace por amor. Y esto es lo que les duele, supongo. Legalizar el matrimonio gay supone aceptar que dos hombres, o dos mujeres se aman y, de manera natural, quieren legalizar su relación. Igual que cualquier hijo de vecino. Pero eso, a la derecha le escuece. Para ellos, “lo gay” debe ser una vida de vicio y perdición y por lo tanto, debe ser marginado y tratado como un ciudadano de segunda. Pero no, ellos jamás admitirán que exista amor. Porque claro, si los gays se casan y llevan una vida normal y corriente… eso puede ser un cataclismo para una persona de derechas y religiosa. Sobre todo para las religiosas, que admiten que una señora se quede embarazada de una paloma y que los mares se puedan abrir pero no pueden aceptar que dos señoras quieran formar una familia.



Hay que ser muy cínico, muy mala persona y tener el alma muy sucia para salir a la calle para que a tu vecino le quiten un derecho que a ti no te afecta absolutamente en nada. El único consuelo que queda de esto es que los tiempos avanzan, esa ley se aprobará y cuando se vea que no pasa absolutamente nada, ellos serán los marginados. Por intolerantes y por malas personas. Y sí, a los hijos de puta hay que marginarlos. Ellos sí que no deben tener derechos y merecen estar aparte. Así, los demás seguiremos tratando de encontrar un sitio para nuestra felicidad libre de odios e ignorancia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Busca Frigide Barjot es la mujer más mala que he conocido nunca y la que lidera ese movimiento....

ROCCO dijo...

Amén a eso, Abel.
Cada día doy gracias a vivir en un país donde se me trata como un ciudadano más y con los mismos derechos que el RESTO. ¿Por qué en algunos países no se nos permite tener la opción de casarnos? (queramos hacerlo o no) pero al menos tener la opción igual que el RESTO.
Hace ya 8 años que di el "sí quiero" y desde entonces doy las gracias. Gracias por hacerme sentir como uno más y no inferior y con menos derechos. Gracias por considerarme igual y no peor que el RESTO.